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Escuela Rural y Liceo de Dolores cuentan con nuevos locales educativos

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La comunidad educativa de Dolores (Soriano) celebró la inauguración de los nuevos edificios de la Escuela Rural N° 64 y del Liceo N° 2 “Juan Bautista Herrero”. Ambas obras fueron muy esperadas a raíz del tornado que azotó a la ciudad en el año 2016 y que dañó severamente las estructuras de los centros educativos. La inversión fue superior a los 3.700.000 dólares.

La Escuela Rural N° 64 de Dolores tiene una de matrícula de 47 alumnos que acuden desde las zonas rurales cercanas al centro educativo que se encuentra a 2 Km de Dolores. Aquí se imparte educación primaria e inicial. El local cuenta con cinco aulas, salón comedor, cocina, baños universales y patio con juegos.

Durante el tornado que azotó a Dolores en 2016 el edificio de la Escuela quedó prácticamente destruido, por lo que la concreción del nuevo local representó un gran logro para la comunidad.

En este sentido, el presidente de ANEP, Robert Silva, indicó: “Todo se circunscribió a un hecho triste. Una situación que demostró la garra, el esfuerzo y el compromiso de la gente de Dolores, porque se unieron más que nunca y generaron una cadena de esfuerzos que llegó a todo el país para encontrar soluciones”.

“Estamos inaugurando una escuela rural que ya de por sí es un hecho particular, porque estamos acostumbrados a inaugurar centros urbanos por las características demográficas del país”, celebró.

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La consejera del Codicen, Dora Graziano, oriunda de Dolores, resaltó: “La escuela rural es el centro del intercambio social y de convivencia para los niños y las niñas”. También destacó la labor de las maestras de la escuela rural que trasciende su función pedagógica.

“En aquel 2016 en que el tornado azotó fuertemente esta ciudad, sentimos desde la distancia una gran inquietud. Hoy celebramos y recibimos un centro educativo nuevo de referencia para el Uruguay”, valoró la directora general de Educación Inicial y Primaria, Olga de las Heras.

Por su parte, el intendente de Soriano, Guillermo Besozzi, señaló: “Hoy inauguramos algo súper importante para estos niños y niñas: una escuela rural. Es muy importante cuidar la escuela rural”. Además, anunció que próximamente se bituminizará el camino que conduce al centro educativo.

La directora de la Escuela, María de los Ángeles Pérez, expresó: “Estamos felices de inaugurar este local muy anhelado por toda la comunidad que sufrió el tornado en las casas y en la escuela y estaba deseando que esta obra se concretara”.

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Liceo N° 2 de Dolores

El nuevo edificio del Liceo N° 2 “Juan Bautista Herrero” de Dolores tiene una superficie de 1.300 m2. La inversión fue de más de 2.700.000 dólares.

El liceo, en el que se imparte Educación Básica Integrada, tiene una matrícula de quinientos estudiantes. El nuevo local cuenta con diez aulas, tres laboratorios, patio, cantina, baños con acceso universal, biblioteca, cocina, sala de profesores, dirección, secretaría y fue equipado a nuevo.

Silva señaló la importancia de visualizar que el Liceo se financió con los recursos que “la gente vuelca al Estado a través de los impuestos. La educación debe poner en valor la inversión de la ciudadanía que se destina a la construcción de centros educativos”.

“Hoy sentimos orgullo por los doloreños que llevaron adelante la reconstrucción luego de lo que les pasó. La tradición de Dolores demuestra que los centros educativos de aquí se destacan en todo el país”, resaltó.

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Por su lado, la directora general de Educación Secundaria, Jenifer Cherro, manifestó: “Este Liceo es un símbolo de resiliencia, es un lugar donde los sueños toman fuerza y la educación pública es un gran igualador, ya que abre las puertas a todos los estudiantes sin importar de dónde vengan”.

El director del Liceo, Andrés Saralegui, agradeció a todas las personas que hicieron posible la concreción del nuevo local y valoró que “El profesor Juan Bautista Herrero, que da nombre al Liceo, fue una persona generosa y desinteresada que obtuvo un reconocimiento sin buscarlo”.

Por último Ernesto, egresado del Liceo en 2020, comentó que el cambio de local se concretó mucho antes que la mudanza “cuando nos íbamos enterando que íbamos a tener biblioteca, un televisor en cada aula, ascensor. Cuando volvimos lo hicimos con el entusiasmo del primer día”.